¿A quién suceden los accidentes y rescates? si hacemos esta pregunta a montañeros, senderistas, barranquistas, caminantes, visitantes, turistas… veremos que las respuestas son de todos los colores posibles.
Esa seguridad en nosotros mismos es un factor a tener en cuenta a la hora de reflexionar sobre a quién y por qué suceden los rescates. Las personas que estamos en la montaña, cada una practicando una actividad distinta, creemos estar capacitados y preparados para hacerla de manera segura, ¿por qué, sino, íbamos a realizarla?
Todos pensamos que los accidentes les suceden a “los otros”
Si preguntamos en un ambiente “montañero” a quién suceden los rescates las respuestas probablemente serán del tipo: “los turistas, la gente con poca experiencia y poco acostumbrados a la montaña, son los que acaban teniendo problemas porque desconocen muchos de los factores que condicionan su actividad y por lo tanto asumen una gran cantidad de riesgos sin saberlo y sin tomar las medidas oportunas, algunas de ellas muy básicas (protegerse del sol, hidratarse, etc…)”.
Si esa misma pregunta la hacemos en un ambiente de senderistas ocasionales, las respuestas probablemente serán del tipo: “los montañeros expertos son los que acaban teniendo los accidentes y rescates, porque asumen muchos riesgos,les gustan las actividades “al límite” y el riesgo y sus actividades son más difíciles. No siempre se puede tener todo atado: la montaña es impredecible”.
Si completamos nuestra atípica investigación, nos encontraremos que cuando a un montañero experimentado le sucede un accidente el mismo colectivo de montañeros experimentados tienden a nombrar a la “mala suerte” como factor determinante del incidente. No así cuando el rescate es sobre el colectivo de personas menos experimentadas: en ese caso se tiene la certeza de que esas personas deberían haber hecho las cosas “mejor” para evitar el accidente.
Los rescates nos suceden a todos
Si bien es cierto que a los menos expertos se les puede rescatar por no saber dar respuesta adecuada a según qué incidencias (agotamientos, deshidrataciones, extravíos, etc…) también es cierto que estos son los rescates de consecuencias menos graves, incluso muchas veces son directamente ilesos, mientras que los montañeros expertos acostumbran a protagonizar los accidentes de mayor gravedad, puesto que toman medidas para evitar los incidentes leves y tienen una mayor autonomía en el medio.
Sin embargo, y continuando en este análisis de “sensaciones”, parece que a las personas con menos experiencia les suceden un mayor número de incidencias aunque de menor gravedad, y a las personas con más experiencia les suceden un menor número de incidencias pero de mayor gravedad. Eso sin olvidar que en número practicantes de actividades senderistas es mucho mayor que el de montañeros experimentados.
¿Qué rescates querríamos evitar?
Todos. Sin duda: todos. Pero si sólo podemos centrarnos en unos también lo tenemos claro: querríamos evitar los fallecidos. Montaña Segura trabaja en educar y concienciar a todo el colectivo de personas que practica actividades en el medio natural para que, con una actitud y una toma de decisiones correcta, ellos mismos hagan más seguras sus actividades.
Por supuesto hay que dirigirse a cada colectivo con el mensaje apropiado. Lo que le queremos transmitir a los que tienen muchas experiencia no es lo mismo que lo que les queremos hacer llegar a los que tienen menos, pero debemos recordarles a todos que los rescates les suceden a todos ellos, y que unos por desconocimiento o falta de información y los otros por exceso de confianza, todos formamos parte de las estadísticas, y a todos se nos puede convertir un día pensado para el disfrute en un día para olvidar.
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Fuente: montañasegura.com